La propuesta reforma fiscal que el gobierno encabezado por Danilo Medina para hacer frente al déficit fiscal dejado por su amo político, el Dr. Leonel Fernández, se vislumbra como una estocada mortal a las aspiraciones de los pobres de nuestro país.
Las diferentes propuestas dentro de esta reforma fiscal, atentan directamente en contra de los sectores más vulnerables de nuestra sociedad, los cuales mantenían sus esperanzas cifradas en las tantas promesas salidas de los destemplados verbos del hoy presidente durante los meses de campaña.
Siempre que se proponen reforma fiscales, estas deben ir acompañadas de medidas complementarias para que las mismas sean efectivas; por ejemplo, si el gobierno está languideciendo debido a la situación económica en que encontró las arcas, lo primero que debió implementar los mecanismos para tratar de recuperar las grandes cantidades de dinero faltante y que fueron a parar a cuentas particulares.
Lo segundo, encaminar las gestiones requeridas para que los responsables de tal situación, fueran sometidos a los tribunales para que explicaran y dieran cuenta de las grandes y cuantiosas fortunas que adornan su faraónica forma de vida que llevan y cómo fueron adquiridas esas fortunas sin haberse sacado la lotería ni heredado la fortuna del rey Salomón.
Los voceros del gobierno se han dedicados a pregonar que los artículos básicos que forman la canasta familiar de cada día, no serán incluidos dentro de la reforma fiscal propuesta, pero pregunto de manera directa a estos personeros, cuando a un determinado sector ya sea industrial, comercial, empresarial le apliquen los nuevos impuestos propuestos, se dedicarán a absolver ellos esos nuevos costos?
Claro que no, se los aplicarán a los costos de producción y como eso es natural, los precios a los consumidores les llegarán más elevados y como tal, al fin y al cabo los pobres terminarán pagando por una situación que no la provocaron ellos, al contrario se la impusieron con dolos y trampas, utilizando palabras bonitas e incoherentes, que formaron grandes sofismas que sirvieron para engatusar y engañar a miles de incautos.
Con respecto a la situación que se presenta, no tenemos muchas esperanzas de que el gobierno tome las medidas correctivas de lugar para no cargar a la población a pagar los platos rotos, pues, al fin y al cabo los actuales funcionarios, salvo algunas excepciones, son los mismos que fueron cómplices para apadrinar y beneficiarse del robo institucionalizado por los referentes de la corporación existente a lo interno del PLD.
Es lamentable la situación económica por la que atraviesa el país, pero, para el actual presidente estoy seguro que la situación no era ajena y siempre con su silencio, el de manera indirecta ayudó a propiciar la misma, pues, con su obnubilación de llegar a ser presidente, se convirtió en el lazarillo de los miembros de la corporación que actualmente maneja las directrices del partido de gobierno.
Primero, aceptó las condiciones impuestas por los directivos de la corporación y de esta manera, también los que querían ser aceptados por la corporación de Al Capone, aceptaban las condiciones que este imponía, así mismo le impusieron a Danilo Medina sus condiciones; aceptaba que la esposa del faraón fuera la candidata a la vice presidencia, que los miembros claves de la corporación fueran ratificados en el gobierno, que no dijera al país la real situación económica y finalmente, que velara para que ellos no fueran traducidos a la justicia.
Los pobres tendrán que pagar los platos rotos y con una propuesta fiscal que aunque lo nieguen, afectará directamente a esos pobres tontos que una vez creyeron en las promesas de quienes se dedicaron con teorías superfluas y evasivas, a hacerle creer que ellos tenían las soluciones a los tantos males que afectan a las grandes mayorías nacionales y tal parece que si tienen esas soluciones, pues, a medida que estas medidas hacen más difícil la existencia de los pobres, el hambre los irá matando lentamente y a medida que muere un pobre, quedan menos depauperados a quienes hay que darle auxilio con las migajas que caen de las mesas de los funcionarios gubernamentales.
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